7 de noviembre de 2009

HOJAS DE RUTA...

Un tiempo en la tierra del maíz, en el “centro del cosmos”, un instante en la sementera de flores, en el espejo oscuro de los astros… todo estaba entorno a esa danza de segundos, en la que la mente me cuestionaba sin parar, en la que el pensamiento no deseaba sentir, pero debía enfrentar las preguntas, los confusos sentimientos ante la fe, ante ese temor a no creer; así comenzó aquella danza nocturna…
A unos pasos se encontraba un pensamiento que va mas allá de las piedras, mas allá de los sueños extraviados en su ayer, un pensamiento que aguardaba por la energía para emprender esos sueños, un ser en la transición de un tiempo en la tierra, de esos en los que debes decidir ante el cruce de caminos, no quería tardar tanto pues un ser onírico podría aparecerle…

En medio de esa danza de segundos, esos corazones cantaban distinto, parecía que escuchaban la danza aquella… más tarde la conocieron bien, no quisieron dejar de escuchar la melodía del tiempo juntos, no quisieron parar de danzar en el tiempo de la vida… aún ahora, después de tantos minutos, continúan caminando en la danza de los cambios, en esa donde se acepta el desafío de ser uno mismo, donde se descubre el sentido y el propósito de mucho, en la que el despojo alcanza las notas mas graves y la búsqueda las mas agudas, en esa donde el camino correcto es el que se elige con plena conciencia de libertad, aquella que muestra los rostros mas oscuros y claros, esa danza de decisiones continuas, la danza de un sentimiento y pensamiento inagotable …

Y en el alma de esos minutos…

Descubrieron el valor de cada paso en esta tierra.
Alcanzaron el letargo amistoso, en donde se esta bien sin decir nada.
Vieron nacer marcas del tiempo en sus rostros, marcas de vida.
Jugaron en las calles con trozos de hielo sintiendo así la belleza simple del tiempo.
Se acompañaron en sueños y aún así se acompañaban en la realidad de los días.
Sus miradas recorrieron los cuatro puntos cardinales en lo alto de los guardianes.
Aprendieron de sus diferencias y aceptaron lo importantes que son.
Se convirtieron en viento algunos días y en agua algunas noches.
Sus manos le dieron forma a muchos de sus sueños compartidos.
Caminaron senderos de flores, de piedras, de risas y calmas.
Compartieron palabras en balcones de una ciudad perdida que aguarda por ellos.
Encontraron una sola manera de querer. La propia.
Descubrieron que el cambio es constante y es gracias a él que seguir caminando tiene sentido…

Se convirtieron ahora en bellas hojas de ruta…
A 1,825 días. gracias.

Bel Eterna.

Yann tiersen/la valse d`amelie

4 comentarios:

Anónimo dijo...

seguir caminando...tienes razón

Unknown dijo...

cambie mi dirección de blog jejej...saludos un gran tiempo

Mauri dijo...

miam miam ... algùn dìa me

convertirè en una de esas

hojaas??

Eterna dijo...

ya eres una hoja de ruta... libre y conciente de ese viaje en el viento ¡! = )
Un abrazo Juan Santiago !!