Soy, en el cosmos ancho,
una hormiga
que taladra las sílicas
entrañas;
o una ave audaz que en los
espacios diga:
¡la pertinaz labor de las
arañas!
Por alcanzar el bien, en
que fatiga
su esfuerzo de titán, que
nadie empaña,
palpita un corazón: ¡como
la espiga
que tiembla sobre el finto
de la caña!
Y en el drama, perenne,
que es la vida,
perpleja el alma, abierta
y desgarrada,
ante el crucial dilema que
atosiga:
¡o se arrastra, sin
vuelos, despiadada,
una existencia que a su yo
maldiga,
o se levanta hacia la azul
morada!
... con serenidad en cada aliento, paso a paso descubriendo este cosmos. Con su tibieza y frialdad con su comedia y su drama. Ahí desde el pequeño y gran rincón que permite dar el salto. desde aquella partícula...