A los espacios entregarme quiero,
donde se vive en paz y con un manto
de LUZ, en gozo embriagador henchido,
sobre las nubes blancas se pasea,
y donde Dante y las ESTRELLAS viven .
Yo sé, yo sé, porque lo tengo visto,
en ciertas horas puras, cómo ROMPE
su cáliz una FLOR, y no es diverso
del modo, no, con que lo quiebra el alma.
Escuchad y os diré: viene de pronto
como una AURORA inesperada, y como
a la primera LUZ de primavera
de FLOR se cubren las amables lilas.
¡Triste de mí! Contároslo quería,
y en espera del verso, las grandiosas
imágenes en fila ante mis OJOS
como ÁGUILAS alegres vi sentadas.
Pero las voces de los hombres echan
de junto a mí las nobles AVES DE ORO.
Ya se van, ya se van. Ved cómo rueda
la SANGRE de mi herida.
Si me pedís un SÍMBOLO del mundo
en estos tiempos, vedlo: un ALA ROTA.
Se labra mucho el ORO. ¡El alma apenas!
Ved cómo sufro. Vive el alma mía
cual cierva en una cueva acorralada.
¡Oh, no está bien; me vengaré llorando!
A LOS ESPACIOS . JOSÉ MARTÍ.
Desde el rocío que envuelve las mañanas de las hojas esperanzadas, hasta el majestuoso relámpago de algunas noches veraniegas, el espacio es reflejo de la vida en este mundo, muchos matices lo acompañan en esta eternidad. El color al espacio se lo asigna la memoria, el constante presente y varias veces el distante futuro.
aire de fin de otoño.